"Closet"



Por Clara N

San Juan en estas últimas semanas fue de lo más interesante. Afiches en las paredes y vidrieras, tapas en los diarios, “debates” en escuelas y universidades. Nadie puede decir que no se enteró de lo que estaba sucediendo: un impactante despliegue político se llevo todas las miradas. Seria un orgullo decir que todo esto se debió a la necesaria discusión acerca de la pobreza o la desocupación, o a la necesidad de organizarse en contra de la minera contaminante. Pero no. Todos sabemos que el revuelo de los últimos días se debió simple y llanamente a la desesperación que despertó en un montón de dinosaurios la posibilidad de que se legalice el matrimonio entre personas del mismo sexo. Las miles y miles de personas que se congregaron frente a la legislatura el pasado viernes decían estar allí para defender la familia, para evitar que los niños sean criados por personas enfermas, desviadas y pervertidas. Mientras ellos vivaban a cristo rey, nosotros, los “enfermos, desviados y pervertidos”, no pudimos hacernos escuchar. Estuvimos muy lejos de la idea de que la lucha está en la calle y de que los derechos se conquistan peleando. Muy lejos de comprender que siempre el Estado y sus secuaces han respondido y responderán con persecución y censura a quienes abramos los ojos e intentemos cambiar la realidad. Muy lejos de plantearnos enfrentar esos ataques con organización y lucha, simplemente nos limitamos a hacernos amigos nuevos por Facebook, a juntarnos a tomar mate en La Glorieta, a dejarnos perseguir y escribir comunicados diciendo que repudiamos que nos hayan perseguido, a encerrarnos en el rectorado a charlar entre nosotros. Parece que nos hemos construido un nuevo closet donde entramos todos.