"La crónica"


*Texto basado en los testimonios directos de los implicados en los hechos sucedidos en la Facultad de Filosofía de la UNSJ.

San Juan, martes 24 de agosto de 2010

10:00am. En la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes un grupo de estudiantes de dicha institución repartía revistas de arte, poemas de profesores y alumnos de la carrera de Letras, y volantes invitando a la movilización contra Pascua Lama y en rechazo de la Ley Provincial de Glaciares. Además de entregar este material en mano, los estudiantes intentan exhibirlo en unas mesas dispuestas a tal fin en el hall de la facultad.

10:45am. Tras un breve rodeo por la planta baja con el objeto de continuar repartiendo el material, los estudiantes regresan al hall: las mesas han desaparecido. Piden explicaciones de lo ocurrido a autoridades de la facultad. La Secretaria de Administración y Financiamiento responde que no pueden poner la mesa por orden de Bomberos. La organizadora del Congreso Internacional de Ciencia Política agrega que tampoco se pueden entregar volantes en la vereda. Un grupo de aproximadamente seis efectivos de la Policía de San Juan, uniformados, se ha apostado en el hall.

11:00 am. Uno de los estudiantes ha ido en busca de Carelli, Secretario de Asuntos Estudiantiles, para solicitar su intervención en el caso. Simultáneamente, otra estudiante –que repartía volantes en la vereda– es interpelada por la Secretaria de Administración y Financiamiento, que asegura haber recibido la orden de impedir que se repartieran volantes y se interrumpiera el paso. La estudiante exige se le informe de quién procede dicha orden, y expresa en voz alta sus sospechas de que se trate de una decisión del propio Gobernador. Inmediatamente, se acerca una mujer de civil que asegura ser policía y le da a la estudiante la orden de callarse, al tiempo que la empuja con el pecho, llevándola hacia la calle. Ante la insistencia de la estudiante en su propósito de seguir repartiendo los volantes, la Secretaria de Administración transige: le permite hacerlo, pero sólo en la vereda. La policía, siempre a centímetros de la estudiante, la amenaza con llevarla detenida. Minutos después, una mujer que se presenta como Diputada Provincial por el Frente para la Victoria grita, con un folleto en la mano, que todo lo allí denunciado es falso, y que cualquier denuncia debería ser elevada a la justicia. La estudiante intenta iniciar una discusión pero la misma mujer policía se interpone, la empuja y una vez más amenaza detenerla. “Por escándalo en la vía pública e infracción del Código Contravencional”, argumenta. “ Ella está gritando, ella está escandalizando, llevátela a ella”, responde la estudiante señalando a la diputada, y rápidamente envía mensajes de texto a sus compañeros que están dentro del edificio para ponerlos al tanto.

11:15am. Ante la insistencia de los estudiantes en la demanda de explicaciones en torno al proceder policial, uno de los efectivos admite: “Estamos acá por el Congreso. Nos ha enviado el Gobierno”. En la puerta de calle, dos estudiantes que venían de fotocopiar material son interceptadas por tres sujetos de civil. No hablan, sólo impiden el paso de las estudiantes. Cuanto éstas insisten en pedir identificación, una de ellos se adelanta, sujeta de los brazos a una de las estudiantes y dice: “No entrás; dame los panfletos”. Ante la resistencia de la estudiante, la mujer amenaza: “Te voy a llevar presa”. Carelli ha llegado a las puertas vidriadas que conectan el hall de la facultad con el pasillo de salida a la calle. Es testigo de la agresión infligida a la estudiante. Un compañero de ésta le pregunta quiénes son estos sujetos. “Policías del Gobierno”, dice Carelli.

11:45am. Una de las estudiantes queda en la puerta, retenida. Los demás logran ingresar al edificio. Carelli intenta salir rumbo a la calle, pero uno de los estudiantes logra convencerlo de tomar parte en una discusión que se desarrolla ante las puertas del buffette. Desde allí, otros estudiantes oyeron y vieron parte de lo ocurrido. Entre otras cosas, Carelli dice: “ Hoy no se puede repartir volantes”; “Libre circulación, de la puerta para afuera”; “Yo los he protegido; he impedido que fueron presos”; “Te querían llevar a la comisaría porque estabas nerviosa; para tranquilizarte”; “Tranquilícese, hija”. El Secretario de Asuntos Estudiantiles insiste en su intención de apaciguar los ánimos, al tiempo que se forma un corro de aproximadamente veinte personas en torno suyo. La estudiante agredida muestra las marcas en sus brazos, señala a los tres sujetos de civil y exclama: “¿¡Por qué no les va a preguntar a ellos lo que están haciendo!?”; a lo que Carelli responde: “Ellos son policías de la provincia. Esto es un congreso internacional, hija. Es un operativo de seguridad”.

En el ínterin, Paolo Landini, Decano de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes ha pasado en al menos dos ocasiones a metros de la escena; en una de estas oportunidades, con un afiche (antes pegado por los estudiantes) arrugado entre manos.

Continúa la discusión con Carelli y uno de los efectivos de civil explica su proceder a uno de los estudiantes: “¿Sabe qué?, nosotros tenemos que estar aquí por la seguridad. Discúlpenos, pero la verdad que yo la veo a usted y no sé quién es. No sé si es una persona normal o si es un subv...”. En este punto el hombre se interrumpe y la estudiante le pide identificación. “Principal Roca”. Carelli explica que la Policía Federal carecía de efectivos para el operativo, entonces fue necesario pedir refuerzos a la Policía de la provincia. “Por eso están aquí”, concluye.

12:15am. Se hacen presentes en la escena Marcela Coll y Ricardo Trombino, respectivamente Jefa y Subjefe del Departamento de Letras. Éste último reconoce a los estudiantes como alumnos de la carrera de Letras, explica a los policías que el reparto de material de lectura es una práctica habitual, y se expresa en favor de la libre circulación de personas e ideas en los espacios públicos.

12:20am. Carelli insiste en dar por concluido el conflicto. “Ya pasó, hija, tranquilícese”, repite a la alumna agredida. Ésta se niega a transigir. Inmediatamente después, otro de los estudiantes mantiene con el Secretario de Asuntos Estudiantiles y el Decano una conversación en la que Carelli explica: “Tuve que intervenir entre los mecanismos intelectuales de ellos y los mecanismos de orden de la policía”. Tras oír el relato de lo ocurrido, “Qué terrible”, dice Landini y pregunta quién es la chica agredida. Ésta se acerca, rehúsa las disculpas del Decano y agrega: “Afuera los de civil están manoteando a nuestros compañeros”. Carelli y Landini se encogen de hombros. “Carelli, encárguese”, son las últimas palabras del Decano antes de marcharse.

12:25 am. En la puerta de calle, la estudiante agredida les señala a sus compañeros la mujer que la forzó. Ésta, a unos metros de distancia, pregunta: “¿Por qué me señalás?”, y se acerca. “¿Qué problema tenés vos con que yo sea policía?”, le dice a la estudiante, y remata: “Te vas a arrepentir de lo que has hecho”.


(CONVOCAMOS A ESTUDIANTES, DOCENTES, PERSONAL NO DOCENTE Y AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN, EN ESPECIAL DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA HUMANIDADES Y ARTES A UN DEBATE PÚBLICO SOBRE LO ACONTECIDO EL MIÉRCOLES 1 DE SEPTIEMBRE DE 2010 A LAS 13hs EN LA SALA DE AUDIO Y VIDEO, FACULTAD DE FILOSOFÍA HUMANIDADES Y ARTES)

POR FAVOR DIFUNDIR

"Estudiantes Autoconvocados"

"Documento crítico"


Cumbre de presidentes del Mercosur
San Juan, 2 y 3 de agosto de 2010

Ante la inminente llegada a nuestra provincia de algunos presidentes latinoamericanos para reunirse con el fin de llegar a “acuerdos” en el marco del Mercosur, creemos necesario explicitar nuestras posiciones al respecto.

Si bien el discurso oficial habla de la necesidad de la integración para el desarrollo conjunto, consideramos que la integración económica que se proyecta a nivel del Mercosur, en la actualidad, lejos de favorecer las necesidades de los pueblos, profundiza las estrategias para vaciar las venas de América Latina. Los presidentes funcionan como meros gestores de la voracidad de los capitales nacionales y transnacionales, aplicando políticas de entrega, explotación y contaminación de los bienes comunes, queriendo transformarlos en recursos naturales, así como políticas de mayor explotación de los trabajadores. Los acuerdos comerciales, los intercambios de conocimientos y desarrollo tecnológico y biotecnológico, los planes de infraestructura regional, sólo incrementan las ganancias de las empresas perjudicando a los pueblos, dando trabajos insalubres a corto plazo, que sólo confirman el lema “pan para hoy y hambre para mañana”. Se negocian las condiciones para levantar las barreras nacionales a la circulación de mercancías pero no se quitan las barreras a la circulación de las personas, no se asientan sobre la búsqueda de un desarrollo homogéneo sino sobre la desigualdad.

Muchos de estos presidentes dicen oponerse a las políticas neoliberales de la década del 90. Sin embargo, y a pesar de haber canalizado algunas reivindicaciones de los pueblos, el modelo de desarrollo económico que proponen para nuestras tierras no dista mucho del que impusieron hace más de 500 años los colonizadores, hace 200 años los “fundadores de la patria”, y hace pocos años los gobiernos llamados neoliberales, y se llama capitalismo. Este modelo sigue siendo el de entregar a las grandes empresas transnacionales y a los grandes terratenientes locales la explotación de los bienes comunes para su propio beneficio. Podemos ver cómo la gran minería contaminante se extiende por el territorio latinoamericano, cómo siguen saqueando las reservas de hidrocarburos (gas y petróleo) provocando múltiples desastres ambientales, cómo se extiende cada vez más la frontera de monocultivos de soja y maíz transgénicos atentando contra la soberanía alimentaria, cómo se siguen instalando industrias contaminantes (como la pastera Botnia) que deterioran la calidad del agua y del ambiente, amenazando a poblaciones enteras. Todo este tipo de industrias productivas y extractivas no sólo son permitidas por los gobiernos “progresistas” latinoamericanos sino que son promovidas en pos de un supuesto crecimiento económico de nuestros países dependientes.

En este marco, también se está desarrollando el plan IIRSA (Integración de la Infraestructura Regional en Sur América) que requiere de acuerdos multilaterales de inversión con el objetivo de agilizar vías de comunicación y transporte que permitan una rápida y menos costosa circulación de las mercancías y materias primas que extraen, hacia el exterior. De esto se trata el tan nombrado “corredor biocéanico” del que es parte el túnel que quieren construir en el paso de Agua Negra, en nuestra provincia. Es aberrante escuchar a expertos argumentando que el “corredor bioceánico” permitirá a los habitantes de pueblos antes “incomunicados” hacer dulces y otras artesanías y poner un puesto al costado de la ruta para vender al camionero brasilero que por allí transite. Cuando en realidad, el camionero parará en las ciudades donde encuentre mucho que consumir y pasará a altas velocidades por las puertas de las casas de esos pueblos, matando al primer burro que se cruce.

El “corredor bioceánico” es parte del Eje horizontal Mercosur Chile del plan IIRSA que se superpone y complementa con el Eje vertical Andino sur, el cual se ubica sobre el límite entre Chile y Argentina, en la cordillera, y su objetivo es vehiculizar la extracción de recursos de esa zona. Este Eje ya está en funcionamiento, como lo demuestra un estudio financiado por el BID sobre conectividad entre Chile y Argentina en el que se priorizan los pasos fronterizos más cercanos a los proyectos mineros (como Agua Negra), la reactivación de ferrocarriles transfronterizos, los proyectos de interconexión energética en el norte de las fronteras, entre otras cosas.

A su vez, el Eje Andino sur, abarca la zona comprendida por el Tratado Minero Binacional, un marco jurídico negociado entre las transnacionales, el gobierno chileno y el argentino, que establece que la empresa minera que explote un yacimiento dentro de una franja fronteriza de más de 4500 kilómetros de largo y 30 km de ancho, se constituirá en verdadera soberana de la zona, creando una Comisión Administrativa, con autoridades de ambos países y un consejo asesor de la empresa, que opera como poder ejecutivo. Lo acompaña un régimen de sorprendentes facilitaciones fronterizas, que en definitiva difuminan la soberanía nacional de Chile y Argentina en un antes intocable territorio de frontera. En la franja cedida se encuentran los glaciares (reservas mundiales de agua dulce), las nacientes de los ríos que riegan valles de cultivo, y las principales reservas de oro y cobre del mundo. El proyecto Pascua Lama es uno de los de mayor envergadura que se está construyendo en la actualidad, gracias al amparo de este Tratado, a sobornos a funcionarios y comunidades, a tramoyas legales para evadir controles y legislaciones a su medida.

Así, el IIRSA concibe la región como “único espacio económico” integrado, y busca reducir sus “barreras internas” para el comercio global garantizando el saqueo. Pascua Lama es el mejor ejemplo de esta integración: integración para la destrucción. La inversión en infraestructura también incluye la mejora y ampliación de sectores de energía eléctrica y gas natural en función de los requerimientos de las empresas. En la Argentina, según lo declarado por la presidenta, las inversiones saldrán mayormente de nuestros bolsillos y en menor medida del endeudamiento externo. Financiaremos así las obras para nuestro propio saqueo que tendrán además un alto impacto ambiental y cultural en las comunidades en donde se desarrollen.

Se ha instalado una fuerte estructura capitalista en la región, productora de alimentos y agua para el mundo, que explota la naturaleza y esclaviza a los trabajadores que producen terciarizadamente sólo partes de productos que se ensamblan en otros lados. El IIRSA es una estrategia más de este mismo desarrollo capitalista, que utiliza para obtener ganancias al agua y otros bienes comunes, la diversidad étnica y sus conocimientos.

Se ha definido al plan IIRSA como un “nuevo colonialismo”. Los presidentes tienen que generar las condiciones para atraer inversiones de los grandes capitales dueños del mundo entero, y estrategias hacia las comunidades que las involucren en sus planes de saqueo sin que se rebelen. Escuchamos hablar permanentemente de “integración”, “desarrollo” y “progreso”, como si este “crecimiento” influyera positivamente en la vida de todos. Nos han hecho naturalizar la idea de que construir caminos, represas, líneas eléctricas de alta tensión, puentes, túneles, etc., es sinónimo de estar mejor, de “progresar”. Sin embargo vemos que los millones invertidos tienen un objetivo mayor que es solucionar las necesidades logísticas, de insumos y comercialización de las empresas extractivas y destructivas del medio ambiente, que poco dejan en la provincia y lo que dejan les vuelve en inversiones de infraestructura. Vivimos en una provincia de más de 700.000 habitantes en la que hay sólo dos hospitales “grandes”, es decir, con sala de cirugía. Los pobres nos morimos porque están los quirófanos desbordados y los privados no atienden gratis. Hay barrios enteros que no tienen agua potable y/o que consumen agua que produce enfermedades. Las escuelas aparecen en los noticieros a diario porque faltan aulas, o baños o insumos, o porteros y personal de mantenimiento, o calefacción. Faltan viviendas, hay asentamientos precarios y villas que a pesar de “erradicadas” se multiplican. Los pobres no se acabarán nunca porque las ganancias siempre quedan en una pequeña porción de la población, que se alimenta renovadamente del trabajo y las necesidades de todos.

Pero vivimos en la ilusión de que ese “desarrollo” anunciado nos pertenece, y de esta forma se legitima el modelo. Se deja hacer mientras se espera que llegue un coletazo, alguna migaja de la torta (un trabajito temporal en la construcción, o en servicios mineros, etc.) o se apoyan las políticas del saqueo tratando de obtener una tajada mayor. O, como algunos movimientos sociales, se aceptan dineros estatales para asistencialismos localizados mientras se calla la denuncia y la protesta. Muchos pueblos afectados por las industrias extractivas y contaminantes son extorsionados con pasantías, puestos de trabajo precario y alguna que otra inversión comunitaria. Los que no se callan y salen a expresar su desacuerdo son tratados como “terroristas”, criminalizados y llevados ante la justicia penal. Puedes oponerte a este o aquel detalle pero no dejarán que te opongas a su “progreso”. Históricamente, el colonialismo que traía la “civilización” al continente americano también se basó en la compra de voluntades y en la desaparición física de los que se oponían. En eso seguimos.

Muchos pueblos latinoamericanos, en las últimas décadas, hemos protagonizado movimientos muy potentes en defensa de los bienes comunes, contra su privatización, y por la autonomía de nuestros territorios con respecto a las imposiciones de la ganancia capitalista. Hemos tirado presidentes y expresado nuestra desconfianza en los sistemas de representación, e impuesto nuestras reivindicaciones en la calle y con organización. Seguimos luchando por la autodeterminación de los pueblos, la soberanía alimentaria, la autogestión de la vida, la cooperación, y un desarrollo que respete la naturaleza y las condiciones del ser humano, que entienda al ser humano como una pequeña parte de un todo, porque al defender la montaña y el agua nos defendemos a nosotros mismos.

Decimos entonces que los “acuerdos” que se hacen en las “cumbres”, allí arriba, no nos representan, no expresan nuestras necesidades sino las del gran capital. Defendemos una verdadera integración de los pueblos, por abajo, plural y organizada, que involucre la diversidad de culturas y se haga eco de las necesidades de todxs. Ejercemos así nuestro derecho a transformar la realidad y a decidir y construir nuestro destino.

Asamblea sanjuanina contra la contaminación y el saqueo
EPUS
Autoconvocados de Letras
Cultura Activa
Movimiento Socialista de los Trabajadores
Polo Obrero

(Adhiere Cunetas de San Juan)