El gorro del presidente


Era una tarde helada, medio nublada, hace 10 años aproximadamente. En la cancha de Peñarol la gente no abundaba ese domingo. Un 0 a 0 en el callejón sin salida de los últimos diez minutos. Los plateístas miraban el verde césped.
Un gordo -que estaba en la platea- apoyado en el alambrado vio cómo el 4 de Unión tiraba la pelota a la tribuna. El Bohemio debía ganar y el plateísta subió los escalones desesperado para buscar el balón. Se topó con un hombre flaco y alto, que tenía un gorro azul y que sostuvo la pelota demasiado tiempo. El joven plateísta del equipo local, enfurecido por la actitud del hombre, le dijo: “Eh, viejo culiao”, y le dio un cachetazo a mano limpia, abierta, quedándose con el gorro de lana del presidente de Unión tras la escaramuza. Ahí nomás un grupo de dirigentes desactivó el incidente y cuidó la integridad de José Luis Gioja.

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